Durante los días que acampamos en Purmamarca, eligiendo este lugar marivilloso, como nuestro lugar de base; decidimos emprender la visita hacia otras ciudades, entre ellas Tilcara y Humahuaca, las cuales junto a otros sitios, conforman la llamada Quebrada de Humahuaca -declarada Patrimonio cultural de la Humanidad por la Unesco- , por ser una combinación de maravillosos paisajes, numerosos caseríos, pueblos y ciudades que conservan vestigios precolombinos y coloniales, como así también su milenaria cultura omaguaca.
Imagen: Pucará de Tilcara
Tilcara, pueblo de trazado urbano y varios edificios que datan de la época de la Colonia. Su plaza central que reúne a los artesanos, lugareños y provenientes de otras provincias del país, en aquel momento se encontraba en medio de los preparativos del “Enero Tilcareño”.
En aquel sitio no dudamos en emprender el recorrido hacia el Pucará de Tilcara, una fortaleza ubicada a 80 mt de altura con una extensión de aproximadamente 15 hectáreas. En el pucará se identifican varios barrios de viviendas de piedra, corrales, una necrópolis y un lugar para ceremonias sagradas, como así también un jardín botánico de altura.
Desde allí arriba no solo podíamos observar la ciudad, ubicada a sus pies, sino también la tormenta que se avecinaba y que nos obligó a estar varados por un tiempo, debido al lodo y las piedras caídas desde la montaña que alcanzaban el metro de altura. Desde el micro podíamos observar a los vecinos y bomberos que corrían con troncos de árboles en sus brazos intentando desviar el camino del río para que no alcanzara las casas del lugar.
Imagen: Escultura de niño, Pucará de Tilcara
Después de un par de horas de espera, terminamos siendo testigos de una pelea entre el chófer del colectivo y un conductor alcoholizado -policías de por medio- pero esa es otra historia.
El viento y la lluvia nos esperaban en Purmamarca, lo cual significaba que nuestra carpa-hogar estaba algo desarmada jaja y la ropa que habíamos dejado secando, estaba empapada y esparcida por todo el lugar. Y otra vez la bondad de los lugareños, los hijos de Pepe no dudaron en prestarnos toallas y frazadas para pasar la noche.
Nuestro «Hogar» en Purmamarca
Después de lo vivido en la ruta, el Cerro Colorado en cuya base se encontraba nuestra carpa se volvía por momentos amenazante, pero no nos impidió dormir; escuchando como una canción de cuna algunas guitarras y la lluvia; el sueño y el cansancio hicieron el resto.
Al día siguiente Humahuca nos esperaba… 🙂
Imagen: Mural contra la Violencia de Género, Tilcara
DE FLORES Y CORAZONES 