Purmamarca – Prov. de Jujuy
Finalmente a las 16:00 hs abordamos nuestro micro, con rapidez nos despedimos de Amado -quien nos aguardaba en la puerta del colectivo-. El chofer nos indicaba que no ingresaría a Purmamarca -nuestro próximo destino-, pero que solo deberíamos caminar un kilometro, el cual se transformó en 3 o 4 km; perdimos la cuenta cuando empezaba a oscurecer y el peso de nuestras mochilas se sentía cada vez más.
El pueblo de Purmamarca, recibe su nombre de la lengua Aymara, donde purma significa desierto y marca ciudad, literalmente «ciudad del desierto», pero desierto en dicha lengua significa también la tierra inculta, no tocada por la mano humana, de allí que la traducción más adecuada en esta lengua sea «pueblo de la Tierra Virgen”.
El “Cerro de los Siete Colores” nos dio la bienvenida y el camping «Los colorados de Chavelita» nos ofreció su lugar; el cual se transformaría en nuestro hogar durante los próximos tres días. La amabilidad de Pepe y sus hijos y el rostro de Marta, la dueña de la proveeduría, nos los olvidaré en mi vida.
A nuestro alrededor se escuchaban las voces de jóvenes que estaban en nuestra misma situación, algunas imposibles de reconocer porque no solo había argentinos, sino también brasileños, franceses e italianos; las nacionalidades que mas abundarían a lo largo del viaje junto a algún israelí, belga o español.
Imagen: De Flores y corazones Feria de la Plaza Principal
El calor del lugar no detenía a los habitantes para ubicar en la feria de la plaza su puestito de aguayos y tejidos artesanales, junto a un astrónomo que acomodaba su telescopio para ver las estrellas.
Comenzaban a llegar periodistas que aguardaban la llegada del Rally Dakar, ante la mirada de algunos ciudadanos que esperan esta época del año para recibir a tanta gente y la disconformidad de otros que consideraban que dicha competencia afecta sus tierras y la vida de muchos animales silvestres que se desorientan y asustan ante los ruidos, e incluso mueren frente a la velocidad de camiones y autos que no pertenecen a aquel lugar.
Podría decir que Purmamarca fue mi lugar elegido, sentí como si ese fuera “mi lugar en el mundo” -en mi pequeño mundo, aún vivo en una pecera intentando romper el cristal que me lleve hacia el océano-, la gente y su amabilidad, el respeto a la Madre Tierra o Pachamama – como así la llaman- me hicieron sentir paz, como si las personas vivieran agradecidos de la vida que el universo les brindaba, sin las preocupaciones banales de buscar señal en el celular o tener una red WiFi, pero sí con aquellas mucho más importantes como el alud que tuvieron que enfrentar días después sus vecinos, los ciudadanos de Volcán -pueblo ubicado a unos 24 km de distancia- cuando “el río comenzó a bajar de la montana”. Sí, a veces la naturaleza tampoco encuentra su rumbo y le da sus frutos a quienes no los merecen y descarga su ira en quienes más la adoran.
Ana Luz ❤
Si quieren conocer un poco más acerca de Purmamarca pueden hacerlo a través del siguiente enlace, que pertenece a «A dónde vamos»: https://youtu.be/sjUrN5FNR0k
DE FLORES Y CORAZONES 